17 de julio de 2024                                                                                                                                                                                                                                           Judit Vidal 

El camino de Rita Payés 

Han pasado ya unos años que nuestra protagonista se dejó entrever en el panorama musical español con su emocionante versión del bolero más emblemático de Chico Novarro, Algo Contigo (1977); junto a su madre, la guitarrista Elisabeth Roma, también presente en la velada. 

Su característica voz, su talento virtuoso para el trombón y su evidente pasión por la música han mantenido a Rita Payés (Vilassar de Mar, 1999) en el foco durante estos últimos cinco años. Con viajes a lugares emblemáticos como el Music Meeting Festival, el Jazzalparque de Bogotá o incluso los Goya en 2022; o colaboraciones con artistas de la talla de Sílvia Pérez Cruz o Salvador Sobral.  

Esta vez la ocasión era muy especial, la artista catalana se pasaba por el Festival Grec el pasado miércoles 17 de julio para presentar su primer álbum de estudio con temas propios, Camino al Camino (2024).  

Con una puesta en escena que dibujaba un bosque y que acababa de unirse con la representativa montaña que encaja en el teatro, recogía la idea troncal del disco que Payés quiso mencionar en determinadas ocasiones en el concierto.  

La artista expuso, y ha expuesto en distintas entrevistas concedidas, que la reciente maternidad de su segundo hijo la ha llevado a reflexionar sobre lo terrenal, sobre lo y los que la mantienen con los pies en la tierra en una vorágine de situaciones que se dan dentro de la industria musical, y la conexión con sus raíces que ya de por sí conserva desde el principio, ya que la mayoría de los músicos recurrentes con los que trabaja son familiares.  

La presentación de su primer álbum de estudio se dio en un ambiente distendido y relajado, pero con la expectación de un aforo completo que se dejó llevar por la magia que desprende el lugar y la música que estaba a punto de ser transmitida.  

Colocados dentro del bosque mágico, construido por Andreu Fàbregas, se asentaron en el siguiente orden Juan Berbín (a la batería y percusión), Horacio Fumero (al contrabajo), Pol Batlle (a la guitarra), Elisabeth Roma (a la guitarra), la misma Rita y, a su lado izquierdo, el cuarteto de cuerda, al que la cantautora destacó era la primera vez que contaba con la formación y le hacía especial ilusión.  

Durante la primera hora, la banda hizo un recorrido por el nuevo disco, intercalado con explicaciones informales por parte de la artista que, si bien estaba un poco nerviosa al principio, se fue soltando a medida que avanzaba la velada. La impactante Intro al inicio o la rítmica El Cervatillo rompieron el hielo en una noche mágica y muy atada a la naturaleza. Una velada que, sin quizá quererlo, te reconectaba con la más puro de la tierra y te transportaba a lugares poco frecuentados en medio del frenético dia a dia. 

De la mano de su mítico trombón, Rita demostró haber nacido para la música; en sólo diez minutos ya había conseguido captar la atención del público a través de su angelical voz y el instrumento de viento. Hasta incluso las luces enmudecieron, y en la segunda pieza del álbum, el foco se centró en ella y su encandilante presencia. 

En casi dos horas de concierto, Rita y su banda dedicó tiempo a representar casi el álbum entero y no olvidarse de algunas míticas como ¿Quién lo diría? perteneciente a su anterior álbum Como la piel (2021), o una pieza compuesta por su hermano Eudald Payés, que también es trompetista.  

Por otro lado, también contó con grandes artistas colaboradores de su álbum como el pianista Toni Vaquer en una excelente interpretación de Se Transformará y que, como explica Payés, pretende recoger la esencia de la aceptación que las cosas siempre acaban pasando, aunque uno no quiera. También hizo su aparición Lucía Fumero, con una brillante interpretación a piano de Juna o La Tania en Por Qué Será, casi al final de la velada y con una espectacular voz que no dejó a nadie indiferente.  

Si bien quizá la aparición más destacada fue la de Sílvia Pérez Cruz. Con ella representaron la pieza que las unió en el álbum, El Panadero, y que explica, según Rita, la historia de un panadero llamado Juan Riera que ofrecía su panadería como lugar de descanso a quienes más lo necesitaran y repartía las sobras diarias. La interpretación de ambas fue muy emocionante, sobre todo si se tiene en mente el referente que supone Pérez Cruz para Payés y que, no necesariamente de forma intencionada, se entrevé en su estilo de canto.  

Todas las contribuciones artísticas se le sumaron a la ambientación diseñada para la ocasión, con humo, luces y, lo más importante, talento, que permitieron considerar que, afortunadamente, el panorama musical español cuenta con estrellas con duende y un futuro prometedor.  

 

Fotografía: Ana Paéz Sedano 

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